testimonios

Yo creo que nosotros hemos tenido la suerte o la valentía de tomar un camino en su momento formándonos dentro del mundo del arte y de las emociones en vez de seguir las típicas pautas sociales y es el momento de de dar realmente valor a lo más importante cómo dices tú, a que cada uno dé rienda suelta su propio talento. Yo también tengo la convicción de que cada persona tiene su talento y si lo tiene, es para ponerlo al servicio de la sociedad… Espero que también este cambio llegue a las escuelas… porque la semilla se tendría que sembrar ahí… aunque nunca es tarde para redescubrirse…
Almudena
Gerente empresarial, en referencia al artículo publicado “Otra Universidad posible”
Qué reconfortante es escucharte, como siempre. Yo quiero seguir viendo la luna y ese planeta que le da un beso y sobre todo no tener miedo a decirlo. No estamos pasando el mejor momento, hemos perdido a una gran persona del equipo, y es imposible llenar los huecos que esto nos deja, pero al final del día intento pararme y pensar en algo bueno que nos ha dado el día, y me doy cuenta que sólo con ser capaz de haberlo disfrutado ya es mucho, vivir cada día y aportar algo a este mundo es grande. No tengo muchas palabras y siento que estoy algo perdida, desorganizada, pero siento que hay otros que me necesitan y que mis pequeños problemas se superan si soy capaz de apoyarles y hacer que se sientan mejor. Ser capaz de pensar como un niño (ese que tenemos dentro), nos permite encontrar el lado bonito de todo, es más fácil encontrar las respuestas. Gracias por enseñarnos a tenerlo siempre presente besos
Rocío
Participante en curso de La Universidad Emocional

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